Distrito Star Wars

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viernes, 14 de marzo de 2014

Droide guardián TT-8L

DROIDE GUARDIÁN TT-8L

Jabba el Hutt utilizaba un sádico TT-8L/Y7 para vigilar la puerta de su palacio en Tatooine. Fue este droide el que dejó entrar a R2 y C-3PO en el palacio. Los droides traían un mensaje de Luke Skywalker para Jabba.


UNIVERSO EXPANDIDO

Cuando los lectores de Automoción Popular votaron en los rankings anuales de la industria droide de la holorrevista, definieron arrolladoramente al TT-8L como el más molesto. El “soplón” despierta tales iras debido a que es un portero y no todo el mundo es lo suficientemente importante como para poder entrar.
Construido originalmente por Serv-O-Droid como una herramienta para los ricos aburguesados, el TT-8L ha estado trabajando como fisgón de vestíbulo durante más de cuatro mil años estándar. A lo largo de los siglos se han producido muchos modelos, desde le poco amenazador Y7 hasta el elegante capricho XSS.
El TT-8L es poco más que un ojo sujeto a un tallo. Permanece en una posición fija durante toda su vida operativa, normalmente situado cerca de una puerta o dentro de un vestíbulo. Las pisadas de un visitante al acercarse disparan los sensores de audio de la unidad, después de lo cual escanea al recién llegado, compara parámetros físicos con su base de datos interna y anuncia la llegada del invitado a su dueño, el cual puede admitirlo o pedir más datos.
La objeción obvia, que este trabajo puede ser llevado a cabo por mucho menos dinero por una holocámara de seguridad, explica por qué Serv-O-Droid dirigió en principio el TT-8L a los ricos nobles acostumbrados a sirvientes y asalariados. Esta estrategia elitista de ventas alcanzó finalmente su llamativa cumbre con el fabulosamente ornamentado XSS.
Equipado con un cuerpo parecido a una serpiente, el tallo fundido de latón antiguo del TT-8L está sujeto al suelo pero le permite unos cuantos movimientos gracias a sus múltiples puntos de articulación. Su lente óptica de cristal tintado azul funciona de forma parecida a un par de prismáticos y está protegida por un obturador de bronce cuando está apagado. Los dos metros y medio de longitud del droide son una vitrina de diseños de intrincadas espirales, brillantes adornos de plata e incrustaciones de piedras preciosas sintéticas.
El modelo Y7 se desarrolló cuando Serv-O-Droid comprendió que su máquina de observación tenía muchos usos potenciales más allá del simple fisgoneo. Criminales, solitarios y paranoicos tenían una gran necesidad de un dispositivo que pudiese interrogar a visitantes sospechosos y escanearlos en busca de armas. En lugar de ser dócil y reservado, este nuevo modelo era muy agresivo.
Un TT-8L /Y7 está diseñado para instalarse directamente en una puerta, el marco de una puerta o la entrada a una habitación. Su cuerpo rígido carece de la fluidez serpentina del chasis del XSS al tener un único punto de articulación en la base del tronco. Toda la ornamentación innecesaria se ha eliminado a favor de una carcasa negra de duracero resistente. El ojo central del Y7, protegido por un párpado plegable, es capaz de vigilar con poca luz, iluminaciones focales y hacer barridos en las gamas infrarroja y ultravioleta. Debido a la mala matriz de inteligencia del droide no siempre capaz de agradar a los realmente desconfiados, Serv-O-Droid ha instalado una subrutina de activación remota que permite que el Y7 sea controlado por un guardia de seguridad en todo momento.

viernes, 7 de marzo de 2014

Oola

OOLA

Oola, la guapa bailarina de piel verde, fue esclavizada por el desagradable señor del crimen Jabba elHutt. Aunque era una de varias bailarinas, incluidas Yarna D’al, Gargan, Ry Tall, Lyn Me y Greeata, sólo Oola tenía el “privilegio” de estar encadenada al trono de Jabba.
Jabba se deleitaba viendo a la joven Oola bailar con la música de la Banda de Max Reebo. Cuando Jabba quiso algo más que baile, Oola lo rechazó. Enfadado con su esclava rebelde, Jabba abrió la trampilla bajo la pista de baile y alimentó a su mortal rancor con Oola.

UNIVERSO EXPANDIDO

La historia de la esclava Oola es la triste historia de una corta vida. Su cautividad empezó en Ryloth, el planeta natal de los twi´lek. Bib Fortuna, el mayordomo de Jabba el Hutt tenía muchas ganas de encontrar el regalo perfecto para su jefe, la esclava ideal que satisficiese los depravados intereses del señor del crimen. Fortuna encontró a Oola en el Lugar del Crepúsculo, una tierra de oscuridad perpetua del planeta.
Oola, la hija del jefe de un clan, se ajustaba a las necesidades de Fortuna. Fortuna la secuestró a la inocente chica junto con una twi´lek más joven llamada Sienn. Fortuna las llevó a su complejo de contrabando y allí otras bailarinas twi´lek enseñaron a Oola y Sienn el arte del baile exótico y seductor para captar la atención del Hutt. Fortuna engañó a las chicas con historias del opulento estilo de vida de Jabba el Hutt y les prometió la gloria de ser sirvientas de palacio. Cuatro meses más tarde, Fortuna consideró que las chicas ya estaban listas. Su asistente Jerris Rudd las llevó a Tatooine.
En la ciudad portuaria de Mos Eisley, Rudd llevó a Oola y Sienn a un escondrijo. Un hombre vestido de negro se introdujo en el escondite y ofreció a ambas chicas escapar de su esclavitud. Este hombre era Luke Skywalker. Sienn huyó con él, pero Oola, tentada por la lujosa vida de palacio, se quedó. Poco después Fortuna se la presentó a Jabba y el señor del crimen al instante se enamoró locamente. Oola se enfrentó con la cruda realidad del palacio del Hutt, un lugar de corrupción, oscuro, ocupado por la escoria de la galaxia. Su vida no fue decadente, fue una vida de servidumbre. Era golpeada por los guardias gamorreanos cuando no agradaba a su señor y a menudo era amenazada por Fortuna.
La esperanza volvió finalmente a la joven. Unos días más tarde, cuando hablaba entre susurros con el nuevo droide traductor del Hutt, C-3PO, Oola supo que Luke Skywalker vendría a palacio. Con la nueva esperanza encontrada, Oola bailó ese día el mejor baile que jamás había interpretado. También fue el último.