Distrito Star Wars

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lunes, 18 de mayo de 2015

Guardia Real

GUARDIA REAL

Elegancia y mortalidad, estas son las divisas de los Guardias Reales de capa carmesí que acompañaban al soberano de la galaxia en todo momento. Aunque los guardias pueden buscar sus orígenes en los Guardias del Senado de capa cerúlea, Palpatine creó una orden de protectores que permanecían a parte del resto de sus fuerzas.

Sólo los más prometedores soldados imperiales eran seleccionados para servir como Guardias Reales basándose en los estrictos requisitos de estatura, fuerza, inteligencia y lealtad. El Guardia Real estaba totalmente cubierto por vaporosas túnicas rojas y un elegante y distintivo casco escarlata que ocultaba sus caras.

UNIVERSO EXPANDIDO

Aunque el casco y las capas de los Guardias Reales estaban inspirados en los Guardias del Senado de la Antigua República, la historia de la armadura tiene unos orígenes más marciales. Se dice que la Guardia Mandaloriana de la Muerte y la Guardia del Sol Thyrsus han inspirado la armadura. Desde el punto de vista de la protección máxima y la mínima molestia, la armadura de los Guardias Reales está a años luz de las que vestían los soldados de asalto.
Después de una actuación impresionante e impecable, los candidatos tenían un entrenamiento avanzado para alcanzar el grado de Guardia Real. En el desolado planeta Yinchorr, los Guardias se sometían a agotadoras pruebas de reflejos en combate y resistencia. Estaban entrenados en la mortífera arte marcial Echani.
En la fanática campaña de Palpatine por lograr la máxima ambición y avaricia de sus seguidores, él añadía constantemente nuevos niveles de logros más allá del mayor de los grados. Es decir, los mejores Guardias Reales aspiraban a convertirse en Protectores del Soberano Imperial. Su armadura era más ceremonial y ornamentada que la de los Guardias Reales normales y se decía que sus habilidades estaban aumentadas por el lado oscuro de la Fuerza.
Tras la muerte de Palpatine en Endor, los miembros de la Guardia Real se dispersaron. Como nadie, salvo los oficiales de mayor rango, sabía el número exacto de guardias, no podían ser contados de forma precisa. Algunos siguieron a los señores de la guerra que aparecieron para rellenar el hueco que creó la desaparición del Emperador. Otros se retiraron al Núcleo Profundo siguiendo planes más siniestros.

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